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8
Oct

El talento se va

Written on October 8, 2010 by Rafael Puyol in IE Humanities Center

Por Rafael Puyol

Como todas las crisis económicas importantes, la actual está teniendo importantes consecuencias en los flujos migratorios. Han disminuido las entradas de extranjeros, sobre todo las de irregulares, han aumentado (poco) los retornos hacia los lugares de origen, ha menguado la vuelta de antiguos emigrantes al país y ha crecido las salidas de españoles al exterior. La inmigración reciente del país está poco cualificada. No hemos sido destino principal para fuga de cerebros (brain drain) procedente de otros territorios, particularmente del mundo en desarrollo. En la etapa de prosperidad nos hemos defendido, mal que bien, con nuestros propios recursos especializados, pero siempre recordamos la conveniencia de reclutar, a medio plazo, más y mejores trabajadores cualificados; ante las insuficiencias que nuestro mercado laboral va a tener. Hace años vi un panel que advertía: “maneje con cuidado. Aquí no sobra nadie”. De igual modo deberíamos ser capaces de conseguir que aquí no sobre ningún profesional. Pero la crisis los está expulsando al exterior, donde encuentran actividades mejor remuneradas, más estables y relacionadas con su formación y capacidades.

Tenemos más de 1,3 millones de españoles residiendo en el extranjero, de los que 120.000 se ha sumado desde que comenzó la crisis. No todos son trabajadores cualificados y en la corriente hay también familiares. Pero en esa emigración selectiva hay muchos expertos jóvenes (entre 25 y 35 años) que, además de la medicina o la biología, proceden de las ingenierías, la arquitectura o la informática.

Toda fuga de talento si hay retorno entrama siempre la oportunidad de recobrar profesionales con mayor experiencia y madurez. Pero tiene el peligro de la pérdida, larga o definitiva, de expertos que un país como el nuestro va a necesitar en poco tiempo.

Alguien debería hacer algo para remediarlo.

7
Oct

Mario Vargas Llosa awarded Nobel prize for literature

Written on October 7, 2010 by Banafsheh Farhangmehr in IE Humanities Center, Literature, Video

Peruvian novelist and failed presidential candidate takes literature’s highest honour

The Peruvian writer Maria Vargas Llosa today won the 2010 Nobel prize for literature, crowning a career in which he helped spark the global boom in South American literature, launched a failed presidential bid and maintained a 30-year feud with the man he now joins as a Nobel laureate, Gabriel García Márquez.

Cited by the Swedish Academy for “his cartography of structures of power and his trenchant images of the individual’s resistance, revolt and defeat”, the 10m SEK (£1m) award is the culmination of a literary life that began in 1963 with the publication of his novel The Time of the Hero, and includes further books such as Conversation in the Cathedral (1969), Aunt Julia and the Scriptwriter (1977) and The Feast of the Goat (2000).

According to the Uruguayan publisher and journalist, Andreas Campomar, the award is “not before time”.

“It’s something he should have won ages ago,” said Campomar, who described himself as “so chuffed for” the author. “I feared that his time might have passed.” Campomar acknowleged that a political journey which saw the writer move from supporting the regime of Fidel Castro to running for president on a right-wing platform of reform had made him a “polarising figure”, but suggested that the award would be celebrated by many in South America as a way of “putting Latin American literature back on the map”.

“First and foremost, he’s a great man of letters,” he continued. “He has a formidable style, but as with most Latin American writers, at the bottom of all his work, as well as power, and the abuse of power, is the question of cultural identity – what it means to be a European in this Amerindian continent.”

Continue reading in guardian.co.uk

4
Oct

La Arabia Infeliz

Written on October 4, 2010 by Banafsheh Farhangmehr in IE Humanities Center

Por Haizam Amirah Fernández, Profesor Asociado de IE School of Arts and Humanities

Qué creen los árabes que va mal en sus sociedades, y por qué no lo remedian.

Este libro no será del agrado de muchos árabes, al menos de entrada. Su objetivo es generar debate sobre los males endémicos que aquejan a sus sociedades y uno de ellos es, justamente, la escasa predisposición a aceptar críticas, máxime de extranjeros. Brian Whitaker, veterano editor y corresponsal de The Guardian en la región, plantea en What’s Really Wrong with the Middle East (Saqi, Londres, 2009) los que considera los verdaderos problemas del mundo árabe. Este libro destaca porque no se basa en entrevistas con políticos y altos cargos gubernamentales ni con miembros de la oposición, como suele ocurrir. Por el contrario, refleja los debates entre los ciudadanos corrientes sobre los cambios que necesitan sus sociedades, a pesar de las numerosas limitaciones y tabúes que los rodean y que Whitaker se encarga de resaltar. Precisamente, es ese contacto directo con personas de toda condición, desde las élites gobernantes hasta individuos anónimos que saben lo que les interesa y lo que les perjudica, lo que marca la diferencia entre quienes emiten opiniones gratuitas sobre “lo árabe” y “lo musulmán” –y son muchos– y quienes hacen análisis a partir del conocimiento de la región y de sus gentes.

Aunque el título del libro se refiere a Oriente Medio, en realidad se centra en los 22 países miembros de la Liga Árabe. Si algo tienen en común –a pesar de sus grandes diferencias–, son los impedimentos que, a día de hoy, socavan cualquier proceso democratizador, niegan la igualdad de oportunidades a sus ciudadanos, distorsionan la libertad de los mercados y, en definitiva, crean obstáculos al progreso y al desarrollo humano.

Otro rasgo común a toda la zona, según el autor, es que siempre se culpa a otros de los problemas que se padecen. Aunque sea cierto en ocasiones (y, sin duda, la ocupación militar y el legado del lonialismo no favorecen la prosperidad), esa actitud impide la autocrítica, paso previo a la reforma desde dentro. Los problemas de Oriente Medio son, como en otras regiones, el resultado de una combinación perniciosa de factores externos y, sobre todo, internos….

Leer más en: Foreign Policy (Edición española), nº 38, Abril-Mayo 2010

1
Oct

Por Rafael Puyol

La natalidad cayó en 2009 después de una década de recuperación. El retroceso hay que achacarlo en parte a la crisis que hoy utilizamos como un comodín para explicar todas nuestras miserias; pero tiene otros factores detrás de naturaleza extraeconómica relacionados con la llegada de generaciones menos numerosas de mujeres a la edad de procrear .Pero la crisis, inmisericorde y por el momento insensible a los remedios para corregirla, ha tenido otras consecuencias demográficas importantes.

Este es el caso de la nupcialidad y de los mecanismos de disolución de las uniones matrimoniales. La evolución de la nupcialidad presenta algunos rasgos que se han ido profundizando en los últimos años. Las bodas son más tardías, más laicas (aunque el matrimonio por la iglesia siga teniendo una alta frecuencia), menos duraderas y, no siempre, tienen detrás el propósito de la procreación. Son también cada vez menos numerosas, aunque hayan aumentado las segundas y hasta las terceras nupcias.

Ciertamente la caída de los matrimonios "oficiales" ha sido compensada, en parte, por las uniones consensuales y mínimamente tras el 2005 con las bodas entre personas del mismo sexo. Ahora bien, sí es cierto que el retroceso de la nupcialidad adquiere una mayor intensidad en el 2009 con respecto a los años anteriores, también lo es que ese descenso se venía produciendo ya desde el 2005. Es decir, la crisis no provoca la caída; únicamente la acelera. No obstante, en esta evolución hay que diferenciar los matrimonios de españoles de aquellos en los que, al menos, un cónyuge es extranjero. Los primeros son los auténticos protagonistas de la bajada. Los segundos, por el contrario, venían creciendo sin interrupción hasta que en 2009 sufren también una pequeña merma que no impide el crecimiento de su participación relativa en el conjunto de matrimonios. Este es otro rasgo que conviene destacar: la multiplicación de las bodas de españoles o españolas con extranjeros que en el 2009 alcanzan un 21% del total.

Casarse en los últimos tiempos de bonanza venía siendo una decisión menos frecuente. Si la caída de los matrimonios no fue más fuerte se debió a esas bodas mixtas compensadoras de la rarefacción de las uniones entre autóctonos. Casarse en tiempos de crisis resulta más complicado. Algunas parejas han aplazado su boda ante las incertidumbres del mercado de trabajo y ante las dificultades de acceder a una vivienda o pagar un alquiler que se lleva una buena parte de un sueldo bajo e incierto. No hay muchas bodas entre los mileuristas. Y no sabemos si esto mismo está pasando en las uniones consensuales, pero todo indica que ha sido así ya que el fenómeno de la cohabitación se da especialmente entre las parejas jóvenes que viven sobre todo en medios urbanos. La emancipación se ha retrasado e incluso algunos de sus protagonistas que habían accedido a una casa merced a una generosa inversión inicial paterna, han vuelto al hogar familiar ante la imposibilidad de poder pagar la hipoteca. Algunos hijos regresan a casa y no solo por Navidad

Así pues, menos uniones, pero también menos separaciones y divorcios. La aprobación del divorcio exprés en 2005 supuso un cambio en el papel jugado por los dos factores principales de disolución matrimonial. Ese divorcio rápido que incluye un acortamiento de los plazos, la supresión de la separación previa y la eliminación de alegar una causa para alcanzarlo, hizo que esta forma de ruptura superase a las separaciones que hasta entonces habían tenido el monopolio causal. Pero, al final, ese divorcio rápido no supuso, como algunos vaticinaban, un crecimiento fuerte del número total de disoluciones. La cifra de 2004 (132.000 rupturas) no fue mucho menor que la de 2007 (137.000).

En ese panorama de cambios, lo que la crisis hace (sobre todo en 2009) es intensificar a la baja una evolución negativa previa. Los volúmenes más altos de divorcios de 2006 y 2007 pueden interpretarse como la respuesta inicial a una ley más permisiva que algunos esperaban y que en estos delicados trances facilitaba soluciones de urgencia y evitaba prolongar situaciones dolorosas. Pero después, las aguas volvieron a su cauce y se agostaron con la crisis, ante las connotaciones económicas que toda separación o divorcio conlleva (pago de pensiones, gastos de vivienda, etc.). Hay que tener en cuenta que de los matrimonios disueltos en 2009, más de la mitad tenían hijos pequeños y que en un 60% de los casos se asignó una pensión alimenticia sobre todo al padre. En cambio, la madre obtuvo la custodia de los hijos menores en la mayor parte de las ocasiones. Las familias monoparentales lideradas por la madre con hijos pequeños, crecen en nuestro país.

Por último, el retroceso de los divorcios no ha impedido el progresivo acortamiento de la duración media de los matrimonios disueltos. En 2009 fue inferior a 16 años e incluso uno de cada cinco sólo duró entre 6 y 10 años, lo cual no impide que todavía la mayoría de las personas en España siga considerando al matrimonio como la mejor de las instituciones posibles para la convivencia de las parejas.

30
Sep
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