El dilema del espía, la doble personalidad. Servir a un país y vivir como ciudadano de otro.Fingir constantemente para incluso acabar creyendo tu propia mentira. Un tema recurrente en las novelas de espías, John le Carré, Graham Greene… todos se han sentido atraídos por esaincertidumbre del agente. A ellos se une ahora José A. Zorrilla, que publica con la Editorial Delibrum Tremens su novela El espía en Saratov.
Para desmarcarse de ellos Zorrilla introduce un elemento de complejidad a la, ya de por sí, traumática identidad del espía. Bucea en nuestra historia, en nuestro propio pasado, para complicar la vida a su protagonista, Luis Antonio Sánchez Uribarri, un niño de la guerra que termina sirviendo para la CIA.
Pasado, presente y futuro de Rusia, España y Estados Unidos se mezclan en esta historia de la que poco más se puede desvelar y que viene a llenar lo que su autor considera un vacío en nuestra literatura “el género de espías está despertando a tono con el desarrollo general de España. Obviamente unpaís subdesarrollado es muy difícil que produzca novelas de espías porque por lo general está aislado en su pobreza material y cultural. Poco a poco y a medida que la situación mejora, sus relaciones con otros países se van enriqueciendo y resulta inevitable el recurso al género”.
Una cita crítica, acorde a lo que el lector se encontrará en la novela, que no duda en llamar la atención sobre los momentos más oscuros de la historiade los países donde se desarrolla, realizando una crítica sobre los conflictos de Vietnam, Irak, Irán, la Guerra Civil, la Revolución Rusa, la Guerra Fría… y sin perder de vista la actualidad a la que también dedica pequeños dardos de ironía “aquello era la imagen de lo que daba de sí la modernidad en la España de hoy: una cosa importada, imperfecta y frágil”.
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