Alivio es la palabra que mejor define lo que se siente en Europa tras la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales celebradas en Estados Unidos, tal y como coinciden en señalar varios analistas consultados por EL UNIVERSAL.
Como ha demostrado en estos cuatro años, el presidente estadounidense llevará a cabo una política exterior más cooperadora y multilateral, frente a un Mitt Romney que se presentó a los comicios sin un programa definido en ese aspecto. Y además, afianzará su política económica de estímulo al crecimiento, la misma que defienden muchos líderes europeos contrarios a la austeridad impuesta por la canciller alemana Angela Merkel; las tesis de política económica del republicano, en cambio, se acercan más a las de la canciller.
“Desde el día de las elecciones, Romney suponía una incógnita porque no tenía un programa definido sobre política exterior”, asegura Vicente Palacio, director adjunto en la Fundación Alternativas (Opex). “Y en el caso concreto de Europa, nos ha ignorado bastante. No conoce Europa, ni tiene experiencia, ni se ha referido a ella en toda la campaña electoral, y cuando lo ha hecho ha sido para poner de ejemplo a España como modelo al que no hay que seguir. Como un mal alumno en la salida de la crisis”, explica.
“Obama lleva cuatro años en los que aunque no ha tenido una actitud muy activa a nivel político, sí ha mantenido relaciones con los líderes europeos fluidas y no ha provocado ninguna división como provocó George W. Bush en su día con la guerra en Irak”, añade.
Palacio destaca además la ambigüedad de Romney en temas de política exterior como Irán e Israel, lo que podría derivar en el emprendimiento de “alguna aventura, cosa que sabemos que Obama no haría, ya que es mucho más prudente”.
En el tema de China, Palacio recuerda la metedura de pata del republicano cuando dijo que declararía una guerra comercial a este país si no revaluaba su moneda. “Todo esto hacía pensar que Romney podía tener en la presidencia una actitud más beligerante y más militarizada que la que ha tenido Obama”. En este sentido, Palacio recuerda el programa de Obama y su propuesta de reducir el gasto militar y aumentar la inversión en infraestructuras y educación, frente a la propuesta de Romney de aumentar el gasto militar.
Arantza de Areilza, decana del IE School of Arts and Humanities, cree que la victoria de Obama puede beneficiar a Europa en varios aspectos. “Por un lado pone fin a la incertidumbre, a la que los mercados han reaccionado con calma en su apuesta por la continuidad. Y por otro lado Obama ha apoyado el rescate a los países en dificultades y la necesidad de recapitalizar los bancos europeos con el fin de recuperar la confianza de los inversores, además de apoyar la compra de deuda y una política monetaria y presupuestaria menos severa que su oponente republicano, así como una política de intereses bajos por parte de la Reserva Federal”.
Así, señala, “la posición de Obama se aleja de la política de austeridad defendida por la canciller alemana Angela Merkel, más coincidente con la posición de Mitt Romney”. Areilza apunta que “si la administración demócrata consigue salvar el precipicio fiscal al que se enfrenta, la victoria de Obama estimulará la economía norteamericana, con sus consecuentes efectos beneficiosos para Europa”, en referencia al reto del presidente estadounidense de lograr un acuerdo en el Congreso para evitar que se apruebe un aumento de impuestos y un recorte de gastos de 600 mil millones de dólares que entrarían en vigor en 2013 y que, según los economistas, tendría efectos catastróficos para la economía.
Continuar leyendo en El Universal
Comments