Por Rafael Puyol, Vicepresidente de IE Foundation
Por fin llegan las elecciones generales tras una campaña innecesaria (y onerosa) puesto que pocos habrán cambiado la intención de voto previa a su inicio. Pero al menos ha servido para conocer las actitudes básicas con las que los partidos mayoritarios han enfrentado los comicios.
Definitivamente, creo que el eslogan del PP es mucho más oportuno. Si el país está hecho unos zorros, el cambio es imprescindible y sumarse a él una buena idea. Por el contrario, pelear por lo que la ciudadanía quiere no es luchar por lo que el PSOE ha hecho en los últimos años, sino por lo que no ha hecho o no ha hecho bien. Rubalcaba está hipotecado por Zapatero por lo que su campaña no ha podido basarse tanto en la pelea por lo propio cuanto en la descalificación de lo ajeno. Y para ello ha hecho uso de ese viejo instrumento de la política partidista consistente en alentar el sentimiento de miedo, ahora contra el centro-derecha al que tildan automáticamente de inútil y atrabiliario.
Una viñeta del humorista Peridis refleja gráfica y sintéticamente la situación. Un Rubalcaba petitorio se dirigía a los líderes sindicales solicitándoles: “votadme, por caridad, que os quedáis sin estado de bienestar”. Creo, por el contrario, que la fórmula más rápida para quedarnos sin bienestar y probablemente sin estado es que los socialistas repitiesen mandato y si como todo indica el PP va a ganar las elecciones, ello va a deberse sobre todo a los errores de un PSOE que primero negó la crisis y después solo supo enfrentarla a medias.
Al PP no le va a resultar fácil gobernar, ni resolver los graves problemas que nos aquejan, pero al menos son un soplo de aire para quienes con la situación anterior han vivido asfixiados. Por ello creo que alentar el miedo de los votantes resulta tan ruin, como ineficaz.
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