Por Rafael Puyol, Profesor de IE School of Arts & Humanities
Durante la mayor parte de nuestra historia fuimos la España peregrina, un país con una emigración cuantiosa desperdigada por toda la faz de la tierra especialmente por América Latina, el Norte de África y los países de Europa Occidental y Central. Después, súbitamente, nos convertimos en territorio de acogida de una inmigración importante y diversa acumulada en un tiempo record. Y ahora, de nuevo, la crisis, parece que vuelve a incentivar las salidas compuestas en parte, por jóvenes cualificados que no encuentran aquí las salidas razonables a su preparación.
Pero ¿cuántos españoles viven fuera del país? Y realmente ¿son tantos los que se han ido en los últimos años? La publicación esta semana del Padrón de Españoles residentes en el extranjero a 1 de enero de 2011, permite una respuesta de urgencia a estas cuestiones. La población española viviendo fuera alcanza 1,7 millones que sobre la de dos años atrás (2009) supone un crecimiento de 231.000 personas (casi un 16% más). Podría parecer un aumento importante y lo es, sobre todo si tenemos en cuenta que durante ese bienio los residentes que viven en España solo aumentaron un 1%. Pero es preciso tener presente otro dato para valorar la verdadera intensidad del (hipotético) éxodo desde España. Realmente la diferencia entre 2011 y 2009 de los nacidos en España que residen en el exterior es de poco más de 7.000 personas. El resto del crecimiento corresponde a “españoles de nacionalidad” que han nacido o bien en el país donde residen o en otros países los cuales suman en total el 62 %. En fin, no parece que vayamos a tener un nuevo episodio de la España peregrina, lo cual no resta importancia al hecho de que siga habiendo más de un millón y medio de “españoles ( muchos de segunda y tercera generación ) por el mundo”.
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