Por Haizam Amirah Fernández, Profesor Asociado de IE School of Arts and Humanities
Qué creen los árabes que va mal en sus sociedades, y por qué no lo remedian.
Este libro no será del agrado de muchos árabes, al menos de entrada. Su objetivo es generar debate sobre los males endémicos que aquejan a sus sociedades y uno de ellos es, justamente, la escasa predisposición a aceptar críticas, máxime de extranjeros. Brian Whitaker, veterano editor y corresponsal de The Guardian en la región, plantea en What’s Really Wrong with the Middle East (Saqi, Londres, 2009) los que considera los verdaderos problemas del mundo árabe. Este libro destaca porque no se basa en entrevistas con políticos y altos cargos gubernamentales ni con miembros de la oposición, como suele ocurrir. Por el contrario, refleja los debates entre los ciudadanos corrientes sobre los cambios que necesitan sus sociedades, a pesar de las numerosas limitaciones y tabúes que los rodean y que Whitaker se encarga de resaltar. Precisamente, es ese contacto directo con personas de toda condición, desde las élites gobernantes hasta individuos anónimos que saben lo que les interesa y lo que les perjudica, lo que marca la diferencia entre quienes emiten opiniones gratuitas sobre “lo árabe” y “lo musulmán” –y son muchos– y quienes hacen análisis a partir del conocimiento de la región y de sus gentes.
Aunque el título del libro se refiere a Oriente Medio, en realidad se centra en los 22 países miembros de la Liga Árabe. Si algo tienen en común –a pesar de sus grandes diferencias–, son los impedimentos que, a día de hoy, socavan cualquier proceso democratizador, niegan la igualdad de oportunidades a sus ciudadanos, distorsionan la libertad de los mercados y, en definitiva, crean obstáculos al progreso y al desarrollo humano.
Otro rasgo común a toda la zona, según el autor, es que siempre se culpa a otros de los problemas que se padecen. Aunque sea cierto en ocasiones (y, sin duda, la ocupación militar y el legado del lonialismo no favorecen la prosperidad), esa actitud impide la autocrítica, paso previo a la reforma desde dentro. Los problemas de Oriente Medio son, como en otras regiones, el resultado de una combinación perniciosa de factores externos y, sobre todo, internos….
Leer más en: Foreign Policy (Edición española), nº 38, Abril-Mayo 2010
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