Pocos autores han habitado el imaginario colectivo de generaciones como J.D.Salinger. Con él, -fallecido ayer a los 91 años en Cornish, donde vivía recluido-, desaparece toda una época y una manera de entender la literatura completamente personal y difícil de emular.
Autor de un puñado de libros pequeños, completamente desprovistos de palabrería, pero llenos de sed de verdad y de rabia adolescente, la obra de Salinger conserva toda su fuerza, su ambigüedad. Cincuenta años después, Salinger todavía hace evidente la mezquindad de un mundo cultural parasitado, como dice Menéndez Salmón, por la palabrería y por los egos.
http://www.publico.es/culturas/289910/rey/tinglado
"I hope to hell that when I do die somebody has the sense to just dump me in the river or something. Anything except sticking me in a goddam cemetary. People coming and putting a bunch of flowers on your stomach on Sunday, and all that crap. Who wants flowers when you're dead? Nobody."
Comments