Miguel Herrero de Jáuregui
Los juegos de palabras interpelan por igual a los espíritus mas selectos y a los más simples. ¿Quién no se regocija con la palabra discopacitado? Es posible que otros animales, abejas, delfines o pájaros, también se comuniquen, pero sólo el hombre puede jugar con su propio lenguaje: nada hay más humano que la ironía. El homo sapiens es también, necesariamente, homo ludens. Porque la verdad tiene múltiples dimensiones, y a algunas se llega sólo jugando. Muchos besos verdaderos no se habrían alcanzado sin previa tergibesación…
No, no era una falta de ortografía, pese a que me lo subraya Word mientras escribo. Era un ejemplo de un libro muy divertido, y no lo digo porque su autor sea mi primo, que es pura casualidad, como siempre ocurre con estos parentescos. La línea que arranca por lo menos en Platón (que ya jugaba diciendo en el Fedro que a Eros lo llamaban Pteros porque tenía alas) tenía sus últimas estaciones en el Diccionario de Coll y el Perichcionario. Y como cuando se prolonga una línea del metro, treinta años después aparece el Revoluccionario de Gonzalo del Valle-Inclán.
Con palabras como equivodkarse, administraidor, lonheavydad, himnosis, amorexia, pulgatorio, hermafreudita, amburrancia, fantaxía, antepesado, futurgólogo, submadridista, inquesidor, visigordo, satanderino, internecedor, itinerrario... A caballo entre la experimentación lingüística, el jeroglífico y la libre asociación, el Revoluccionario descubre nuevos espacios de pensamiento y lengua, inventa conceptos, busca vueltas a otros ya inventados, y encuentra gatos de 3, 5 y hasta 7 pies. Se puede leer de corrido o a saltos de palabra en palabra (muchas de ellas iluminadas por estupendas ilustraiciones) aunque es aconsejable leerlo sentado para poder así recopacitar y reírse tan a gusto. A veces es la palabra el invento, como en las señaladas como ejemplo, y otras veces la definición encuentra un nuevo sentido a una palabra del DRAE, o a una pequeña variante de ella: “embustero: que miente al decir que ha venido en tren”, o “chuvasco: txaparrón”. En total, casi 3000 muestras de divertimento lingüístico. Este libro es un jalón importante en la historia del humor español, del humor, y del español
Y se presenta hoy, martes 16, en Madrid, Teatro Infanta Isabel (C/ Barquillo, 24) a las 21.00. Entrada libre para todo el que quiera aprender un poco de vocaburlario.
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