El primer gran humanista de la historia, uno de los Siete Sabios de Grecia fue un emprendedor.
Tales de Mileto fue el primer gran filósofo. Lo consagró Aristóteles como tal en el primer manual de historia de la filosofía que se escribió, el libro A (Alfa) de la Metafísica, que es la gran obra de Aristóteles y una de los libros fundacionales de la cultura occidental.
Pues bien, este Tales era un tipo de ascendencia fenicia y tenía el espíritu emprendedor de los fenicios además de estar versado en matemáticas, geometría (recordemos los Teoremas de Tales), astronomía, etc. La gente le acusaba de ser un despistado, alguien que se caía a los pozos de tanto andar mirando al cielo y cosas así.
Su principal aportación es única y maravillosa. Pensó que cuanto ocurría se podía deber a un principio único, a un archê, tal como lo llamaban los griegos. El pensó que esta causa primordial de todas las cosas era el agua. En esto fue un poco excéntrico, aunque si uno lo piensa bien es bastante razonable: el agua es algo informe, que lo cala todo, que todo lo puede erosionar y a su vez el agua es signo de vida, de la fertilidad en el mundo. Lo importante es que fundó la filosofía y con ella las humanidades: podemos dar razón de las cosas en el mundo, porque hay un archê, un principio explicativo de todo lo que pasa.
A Tales le reprocharon su pobreza y la inutilidad de su pensamiento. Pero un año Tales observó mirando al cielo que iba a ver una buena cosecha de aceitunas. Arriesgó todo lo que tenía y alquiló todas las almazaras de Quíos y Mileto. Mientras llegaba la temporada disimuló alquilando las almazaras a un precio razonable y en cuanto llegó la temporada de la recogida de aceitunas y la magnífica cosecha subió los precios todo lo que le dio la gana y se hizo rico.
Esta historia la cuenta Aristóteles (que se ve que era admirador de Tales) en el capítulo XI del primer libro de su Política (el manual de economía, política, derecho y urbanismo que escribió Aristóteles ya mayor) y aunque Aristóteles la usa para recomendar el monopolio a nosotros nos puede servir para recomendar algo mas liberal. Mirar a las estrellas, mirar al horizonte sirve para descubrir insólitas oportunidades para la acción humana. El estudio de los horizontes, por donde van los tiempos, abre nuevas historias que vivir y nuevas posibilidades de hacer cosas valiosas para uno y para los demás. Los humanistas, los que se afanan en descubrir los principios latentes en las cosas pueden ser los mejores emprendedores.
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