El libro de Mirella Ferrara, "Los Pueblos de la Tierra" me ha llevado hasta la Pustza, la árida llanura húngara al este del Tisa, cuyo nombre deriva del eslavo pust que significa "tierra desolada" . La Pustza es una región de pastoreo basada en una economía de subsistencia. No tendría gran cosa de particular si no fuese por que ese pastoreo se realiza a caballo. Esos criadores de ganado de etnia húngara, de caracteres nórdicos, orientales, alpinos y turco-mongoles que simbolizan la historia de esas tierras, pasan por ser uno de los pueblos más diestros en el arte ecuestre.
Los jinetes de la Pustza viven en pueblos formados por tanyas, casas construidas de adobe divididas en tres estancias dedicadas respectivamente a los huéspedes , a la cocina y a la vida familiar. Sus pueblos, protegidos por muros circulares, están tradicionalmente dispuestos de forma radial alrededor de una plaza central de la que nacen las calles. Pajares y establos se erigen junto a las casas cuya parte posterior se destina al huerto.
La vida de pastoreo en la Pustza está regida por rígidas normas consuetudinarias basadas en una estricta jerarquía necesaria para la supervivencia del grupo en un medio climático hostil. Los criadores de caballos, maestros jinetes y lanzadores de lazo,ocupan la cima de la pirámide social, y gozan del más alto reconocimiento entre los ganaderos húngaros. En función de las tareas desempeñadas, se establecen subcategorías, como las de los csikós, los que vigilan los caballos; los föszámadó, los pastores;y, los számadó bojitár, los cuidadores de potros. Por debajo de ellos,están los pastores de ovejas, los jahászy; y de cerdos, los kondás.
La feria anual de ganado que celebran en verano es el momento de reunión de los distintos clanes criadores moradores de la estepa de Pustza. En esta celebración estival, los jinetes lucen trajes ceremoniales consistentes en característicos abrigos de fieltro azul, chaleco negro, botas de monta de cuero y sombrero negro en forma de tricornio.
Me pregunto que conversación mantendrían un jinete de la Pustza y un gaucho de la Pampa en un frío atardecer en la llanura.
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