El vocabulario que habla de nuestra vida subjetiva es muy amplio, y, diablos, es muy lioso: conocimiento, inteligencia, entendimiento, sentimiento, emoción, sensación, comprensión, ver, mirar, oír, sentir, gustar, sentirse, gustarse, idea, razón, saber, etc. Muchas veces confundimos términos (‘conocimiento’ y ‘entendimiento’) y otras simplemente nombramos distintos fenómenos con la misma palabra (‘sentir’ para ‘sensación’ y para ‘emoción’).
Por ejemplo, ¿qué es eso del ‘conocimiento’ y en que se diferencia de, digamos, ‘inteligencia’ o ‘razón’?
Conocimiento es un determinado tipo de relación que mantenemos con la realidad. Podemos mantener un montón de relaciones distintas con la realidad, por ejemplo, podemos producirla, como cuando hacemos un bizcocho (los griegos llamaban a esto póiesis), y esta relación es la de producción; podemos intervenir en ella pero sólo en la parte que somos nosotros, como cuando trabajamos o aprendemos esgrima (los griegos llamaban a esto práxis), y esta relación es la de mantener una práctica. También podemos mantener una relación con ella que sea la de hacerse un esquema de cómo es la realidad, un mapa de aquello que la compone, esta relación es la de conocimiento y su producto es el saber. Cuando conozco la realidad lo que resulta es el saber, que sé algo (los griegos llamaban a esta relación theoría).
Supongamos que digo “Conozco a Suintila”. Uno colige después de oír la frase que me he reunido personalmente con Suintila y tengo cierta familiaridad con él. “Conozco Praga”, algo parecido: los demás pensarán que he estado al menos una vez en Praga y tengo cierta familiaridad con la ciudad. Conocer en este sentido es Conocimiento por Familiaridad o Connaturalidad. Es el tipo de conocimiento que se obtiene por un contacto directo –algunas veces inconsciente- con algo. Hay que tener cuidado “Conozco X” no significa inmediatamente este tipo de conocimiento, por ejemplo si digo “Conozco a don Quijote” significa que sé quién es don Quijote, caso que no cae dentro de este tipo de conocimiento.
Ahora supongamos que digo “conozco cómo llegar a Praga desde aquí” o “conozco cómo hace una tarta Sacher” (o bien más correctamente en español: “sé cómo llegar a Praga desde aquí” y “sé cómo hacer una tarta Sacher”). Este tipo de saber o conocimiento es el Saber Cómo, Conocimiento de Habilidad. Significa que sé orientarme en la realidad (tengo un esquema de ella) cuando se abre un proceso.
Otro tipo de conocimiento aparece cuando digo frases como “Sé que Suintila ha ido a Praga este verano”, “Conozco todo el asunto”, “Conozco tus malas intenciones”, “Sé que nos hiciste una maravillosa tarta Sacher”. Este tipo de conocimiento es el llamado Saber Qué, también podemos denominarlo Conocimiento Proposicional. Consiste en que en X en las expresiones Saber X o Conozco que X, X es la descripción de una situación (que muchas veces podemos rehacer en una proposición con sentido), por ejemplo: “Sé que ‘Suintila ha ido a Praga este verano’” o “Conozco que ‘tú tienes malas intenciones’”, donde ‘Suintila ha ido a Praga este verano’ y ‘tú tienes malas intenciones’ son las dos situaciones de las que se tiene conocimiento, las dos proposiciones que forman el contenido de lo que conocemos. Este es el Conocimiento por antonomasia, es el más difícil de obtener y aunque sabemos que muchos animales poseen el Conocimiento por Familiaridad y el Conocimiento de Habilidad, éste no lo tenemos claro que lo posean, al menos al cien por cien. CONTINUARÁ.
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